Y es que la Magna Peregrinación Mariana supuso todo con la Madre. Peregrinar hacia la mayor devoción de cualquier granadino, con la devoción particular que cada uno lleva dentro y teniendo siempre presente que era por Ella para mayor gloria de Dios y de la Santísima Virgen.
Supuso poder vivir algo único especialmente para mi, ya que las cosas de la vida la tristeza de no poder ir con María Santísima del Dulce Nombre , hiciera posible que yendo en la representación del Despojado acompañara a mi otra querida titular, Consolación. Pude peregrinar con mis dos hermandades a un tiempo.
La jornada se me hizo perfecta. Los traslados matutinos hicieron en los cruces de Puerta Real, Mesones y Alhóndiga un gran encuentro de la familia cofrade granadina, se respiraba la alegría de saber que todos íbamos llegando a nuestra casa, la casa grande en la que caben todos los granadinos: la santa iglesia catedral metropolitana.
Las naves catedralicias rezumaban el olor de la Semana Santa dos meses después y como un suspiro la estancia se hizo breve, sin duda mereció la pena por el fruto que género a favor del Economato Solidario.
La misa de pentecostés nos infundió sin duda la fuerza del Espíritu Santo... Y así entre indecisiones y nervios se abrió paso el camino, rápido sin pausa con solemnidad, toda peregrinación tiene una meta y había que llegar a ella fuera como fuese, Granada una vez más lo hizo.
Espectacular gran vía de Colón y calle Reyes en la que Dulce Nombre nos acompañaba en cierta manera, pero sin duda el gran momento estaba por llegar, la emoción se hizo patente y corrió como la pólvora al escuchar en Puerta Real la Palma Real de cohetes y el inconfundible repique de los campanarios basilicales: la Patrona estaba en la calle, todos sabíamos que nos esperaba.
Como si de un atajo se tratase la carrera bien llamada ahora de la Virgen fue más que una carrera, un segundo y allí estaba Ella, simplemente regia. Una salve, una plegaria y todo estaba cumplido.
Como decía antes, las cosas de la vida hicieron que la representación del Despojado regresara por el camino más corto a su sede y pudiera acompañar y hasta hacerle bulla al palio donde se guarda la Sacra Conversación de Granada, sin duda hoy se escucharían entre los varales y la Candeleria palabras más alegres que el Lunes Santo.
Después vinieron un sin fin de recogías... Ver la provincia en la capital y disfrutar del final de la jornada en el Realejo.
No viviré cien años pero podré decir que yo estuve el 18 de Mayo de 2013 con la Madre de Dios.
Francisco Álvarez Castillo
Hermano del Despojado y San Agustín
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