Nos regala el tiempo que vivimos, año de la fe para el orbe
católico amén de mariano en Granada, la
ocasión irrepetible de poner de manifiesto, una vez más pero fuera del
calendario ordinario, el fervor que
mueve al granadino por la Madre de Dios y el firme convencimiento en los postulados
de nuestra religión.
Todo, puesto en valor, en el acto común por el que las
hermandades de penitencia granadinas, testimoniaremos la inquebrantable
filiación y rendido amor a la Madre de Dios y nuestra, hoy significada en la
muy fervorosa advocación de la Santísima Virgen de las Angustias, en su
realeza.
Con la peregrinación “María, reina de Granada” el mundo
cofrade vivirá un hito que, imborrable de la memoria, marcará en la historia el centenario de la
coronación de nuestra Patrona y da contenido catequético al año de la fe. Pero
que además fundamenta la concepción cultual cofrade, contribuyendo, con tan
singular muestra de fervor, a lo social, cultural y económico de nuestro
entorno. Aspectos estos al margen de la
esencia que lo motiva, pero que no podemos ni debemos obviar.
Las llamadas a participar, concurren realizando un notable
esfuerzo presupuestario, en el convencimiento, primigenio y fundamental, de los
frutos espirituales derivados; pero también, con la esperanza de su aportación
en lo material, por lo mucho que al cofrade lo mueve la caridad.
Con ellas es
imprescindible el arropo de la participación de cuantos, propios y ajenos a
este ámbito, nos sentimos comprometidos en una expresión de fe que va mas allá,
convirtiéndose en estilo de vida.
La máxima cofrade por excelencia, la participación, es valor
por sí misma, a la par que vinculo y expresión de sentimientos y aposturas que
han nutrido el rico acerbo religioso y cultural que generación tras generación
han sustentado las formas que nos distinguen como pueblo.
Y así viviremos esta Peregrinación Mariana, unos como
actores, otros como espectadores y todos como pueblo que con orgullo, acierta a
expresar su esencia en la escenificación de una forma de sentir única que nos
distingue.
Granada con María, Madre y Reina, para escribir otra página
en la ancestral defensa de los atributos que adornan a la venerada por todas la generaciones,
ancora y puerto seguro del cofrade.
Francisco José Estarli García.
Hermano del Rosario
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