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cofrades en un solo cortejo suenan a ciencia ficción en nuestra
ciudad. Cuántas veces hemos defendido el argumento de que Granada es
muy reticente a formar parte de los cortejos nazarenos de la Semana
Santa, y no digamos de las demás corporaciones que procesionan en
otra época del año. “Se dan muy pocas papeletas de sitio”. “Las
cofradías tienen muy pocos nazarenos en los tramos”. Son frases
éstas que denotan la crítica que se suele hacer al mundo cofrade y
sobre todo al resto de la ciudadanía de Granada que se profesa
católica y no parece querer formar parte de ninguna cofradía en la
calle. O bien se va a la playa o lo ve desde la acera.
Esta
argumentación viene porque a los que durante años hemos defendido
que nuestras cofradías se merecen muchos más hermanos en fila y que
tenemos Sagrados Titulares de arraigada devoción que deberían estar
más acompañados en las calles, a ésos entre los que me incluyo,
vamos a ver cientos de personas por una vez en un mismo cortejo casi
penitencial. Digo casi porque en realidad haremos Estación de Júbilo
gloriosa a la Basílica de la Patrona pero fundamentalmente serán
cortejos penitenciales los que integren esta magna procesión: la
Gran Peregrinación Mariana ‘María, Reina de Granada’. Un
maravilloso nombre que engloba la bendita locura de emociones,
cifras, logística y personas que integrarán, Dios mediante, esta
gran manifestación de fe y fervor mariano el 18 de mayo.
Pese
a las críticas y recelos de diversos sectores de la ciudad, algunos
por creencia adversa en las tradiciones cristianas de Granada y otros
por mera indiferencia y hasta ironía hiriente (mucho más grave
cuando ha venido de personas vinculadas al poder público), la Gran
Peregrinación o Magna Mariana supondrá una oportunidad única y
excepcional no ya de disfrutar de la magnífica oportunidad
evangelizadora que es natural a este evento, si no de demostrar el
verdadero potencial de las Hermandades y Cofradías de nuestra
ciudad.
Diversos
factores hacen que la vertiente menos positiva de nuestras
corporaciones sea la que se manifieste en algunas corrientes de
pensamiento de la ciudad: roces entre hermanos, falta de
eclesialidad, estímulo de acción social y de Caridad algo mermado,
compromiso débil económicamente con el patrimonio que administramos
(tampoco se puede hacer mucho con apenas unos centenares escasos de
cuotas de hermanos), endogamia en los cargos de Juntas de Gobierno,
falta de formación eclesial y espiritual… Son los inconvenientes
que este mundo cofrade debe ir limando a favor de ser uno cuerpo más
generoso y útil a la sociedad pero sobre todo a la Iglesia de
Cristo, no sólo la de la jerarquía, sino a la de todos los hijos
de Dios, especialmente los que más necesitan de su Amor.
Pues
bien, los cofrades tenemos ese magnífico portento humano que es la
sensación de unirnos en los grandes momentos aunque sólo sea algo
efímero (suele durar de Viernes de Dolores a Domingo de
Resurrección), pero que en este 2013 se nos presenta inusualmente
nuevamente en pleno mes de mayo. Estoy convencido de que todos los
cofrades de Granada van a sacar lo mejor de sí mismos para honrar a
la Patrona en su Centenario de Coronación, pero sobre todo lo van a
sacar para Granada. Dándoselo todo: belleza en pasos de gran primor
estético, multitud en las calles acompañándola a Ella,
engalanamiento de balcones y casas, amabilidad con el foráneo que
nos descubre o vuelve a disfrutar de nuestra esencia religiosa y
popular… Ése va a ser el gran futo de la Gran Peregrinación. Lo
que demos una vez más a Granada.
Y
es verdad que seguirá siendo mucha la deuda pendiente de la ciudad
con nosotros (no hablo de términos económicos ni de inversión de
recursos públicos), especialmente en el sentirnos no como bichos
raros sino como salvaguardas del patrimonio religioso más querido de
la ciudad y devotos de las Sagradas Imágenes que conforman la gran
veneración anual y pública de nuestra Semana Santa. Merecemos más,
sí. Pero nosotros seguimos dándolo todo. En las Hermandades, en la
Federación, en las bandas, en las casas de hermandad, en la ciudad.
Siempre al servicio del mayor esplendor de Granada.
Ojalá
ese espíritu se retroalimentara todo el año, en vez de sólo en
unos días. Ese es el reto. Pero de momento dejémonos llevar por el
torrente de ilusión que ha supuesto esta bendita locura de la Gran
Peregrinación y saquemos lo mejor en esta experiencia única que,
lejos de ser un ‘circo’ como algunos la llamaron desde incluso
dentro de las cofradías (no descarten verlos entregados a la causa
el sábado como debe ser), parece más bien ser una demostración del
poder devocional de Granada a su Madre, La
que vive en la Carrera
y en cada iglesia y templo de nuestra Diócesis.
Feliz
gran día jubilar mariano a todos y bendita sea María en su
Inmaculada Concepción. ¡Que lo disfrutes Granada!
Luis Javier López
Hermano de la Esperanza
Vocal de Protocolo de la Federación
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