Ya podemos admirar a Nuestra Amantísima Madre del Rosario ataviada de cara al nuevo tiempo litúrgico ordinario que llega con el verano.
Francisco Garví, su vestidor, nos presenta a Nuestra Titular con un tocado a blonda con su enmarque elegante y característico y su terno de verano, de satén color champagne, con salla a tablas y el manto de brocados adamascado en tonos pastel. Con diadema en plata de ley sobredorada y toca de sobremanto y como siempre portando cinco rosarios en sus manos, en alusión a los cinco misterios dolorosos.
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