Anoche celebramos la tertulia con la que conmemoramos los primeros XXV años de vida de la Cuadrilla de Ntro. Padre Jesús de las Tres Caídas, de nuestra Cuadrilla del Arte.
La misma, fue en la cueva del popular bar del Sota. Muy concurrida de hermanos, y costaleros, se desarrolló en un ambiente de nostalgia, en recuerdo de aquellos que ya están en la Casa del Padre, y que hace veinticinco años tuvieron un papel muy importante en el nacimiento de esta Cuadrilla.
A través de los contertulios, moderados por nuestro hermano Francisco Estarli, explicaron como fueron aquellos primeros ensayos, así como la evolución que ha ido teniendo a lo largo de este cuarto de siglo, en el que todos coinciden en destacar el cambio a costal con el estreno del nuevo paso, como un punto de inflexión en el trabajo de este grupo de hermanos.
Será el próximo viernes de dolores cuando se cumplan
veinticinco años de vida de la cuadrilla de hermanos costaleros del Señor de
las Tres Caídas. Entre otros actos conmemorativos y con la pretensión de
celebrar y rememorar este tiempo de hermandad, bajo las trabajaderas de nuestro
Sagrado Titular, el pasado viernes día cuatro tuvo lugar una tertulia que reunió
a sus iniciadores para, junto a cuantos asistimos, compartir historia,
sentimientos y anécdotas.
La mesa la componían los fundadores Manuel Ocom, Carlos
Segura y Jesús Valverde junto al veterano costalero Víctor Burgos y a Maria del
Carmen Sáez, que ya en 1990 era miembro de la Junta de Gobierno de la
Hermandad.
La cita, como no podía ser de otra manera, fue en la cueva
del bar “El Sota”; queriéndose así homenajear a D. José Ocaña, valedor de aquel
grupo de costaleros que comenzaba a reunirse y que el animó a vincularse con la
Hermandad. Su recuerdo, junto al de José Carranza y Antonio Valdivia, fue
permanente y emocionado en el reconocimiento de sus valías personales y
cofrades.
La tertulia ha sido un relato histórico que se cosió con el
recuerdo de datos y hechos rememorados junto con un rosario de anécdotas que,
amén de los contertulios, fueron aportando otros asistentes y que, de los
dubitativos momentos iniciales que reunió veinticinco costaleros de distintas
cuadrillas, alcanza hoy una consolidada posición de hermandad, privilegiada
entre el trabajo costalero de nuestra ciudad.
Quedó de manifiesto la vinculación devocional de cuantos
hemos portado a tan antigua y milagrosa
imagen; el incondicional respaldo que desde el inicio dio la Hermandad; el
impacto, en nuestra Semana Santa, por la excelencia del trabajo de la
cuadrilla; el orgullo de sus componentes, los que fueron y los que son, por su pertenencia
al grupo; la idiosincrasia en la forma de andar; los hitos que han marcado e
impulsado su devenir y en fin la entrañable satisfacción de un trabajo bien
hecho en el fraternal compromiso con el autentico ser del hermano costalero.
La tertulia fue la ocasión perfecta para remozar unos lazos
que se mantienen vivos entre los que han sido protagonistas de esta historia, sustentados
por una amistad sincera y que, tal y como manifestaron costaleros de mas
reciente incorporación, disfrutada por cuantos pasan por la cuadrilla.
La singularísima personalidad de estos hombres, marcó los
rasgos definitorios del trabajo bajo las trabajaderas, e invariable determinó
los derroteros de un debate que tras dos horas se prolongó en una madrugada
como las de antaño.
En todo momento se dejó sentir lo trascendente de lo vivido
y la fuerza que para los venideros suponen estos veinticinco pasados.
Tras las palabras de cierre del Hermano Mayor, Miguel
Almagro hizo saber que el pergamino que porta el centurión del paso del Señor
recojerá este año un texto firmado por Manuel Ocom, que incluirá la primera
igualá de aquel año 1990.
Así pues, felicidades a cuantos han sido, a la cuadrilla en
sí y por supuesto a la Hermandad.
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