'Queridas Hermandades, la piedad popular, de la que sois una manifestación importante, es un tesoro que tiene la Iglesia, y que los obispos latinoamericanos han definido de manera significativa como una espiritualidad, una mística, que es un "espacio de encuentro con Jesucristo".
Acudid siempre a Cristo, fuente inagotable, reforzad vuestra Fe, cuidando la formación espiritual, la oración personal y comunitaria, la liturgia.
A lo largo de los siglos, las Hermandades han sido fragua de santidad de muchos que han vivido con sencillez una relación intensa con el Señor. Caminad con decisión hacia la santidad; no os conforméis con una vida cristiana mediocre, sino que vuestra presencia sea un estímulo, ante todo para vosotros, para amar más a Jesucristo...'
Estas son las palabras que el Santo Padre Francisco dirigía a las cofradías y con las que comenzábamos el pasado sábado la procesión de las ofrendas en la Función Principal de Instituto.
El Santo Padre pidió a las cofradías que acudamos constantemente a Cristo, fuente de la Fe. Nos definió como fragua de santidad, pidiéndonos que nuestra vida no sea mediocre sino todo lo contrario, que sea intensa con Cristo.
Ese momento intenso, nosotros lo encontramos el Miércoles Santo, como momento cumbre por manifestar públicamente en la calle la relación con nuestros Amantísimos Titulares, a los que acompañamos en Estación de Penitencia.
Este momento, junto con la Función Principal, supone el eje principal sobre el que gira nuestra vida de hermandad, es el momento que constata nuestra Fe, que confirma nuestra pertenencia a la Hermandad, es el momento que nos lleva a Jesucristo a través de la piedad popular de manera pública, como pide el Su Santidad, Francisco I.
Acudamos pues, juntos como hermanos de una misma familia, a hacer pública Estación de Penitencia, renovemos nuestro compromiso cristiano de seguir siendo nuevos Cireneos de Jesús, demos testimonio de Fe vistiendo la túnica, la mantilla, el costal o la capelina alegre de nuestros monaguillos, usa el costal, la corneta o el tambor para llevar - según nuestra tradición cultural - esta catequésis plástica a todos aquellos que no se terminan de acercar a Jesucristo por unos motivos u otros.
Hagamos juntos Estación de Penitencia el próximo Miércoles Santo.
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