Como cada año, el primer día de triduo ha estado dedicado a la confesión general.
Nuestro Director Espiritual, el Padre Álvaro Rodado, ha realizado una profunda reflexión sobre el texto evangélico de la curación de los dos ciegos que narra el Evangelio de San Mateo, cuestión que nos ha indicado como ejemplo a seguir, especialmente en estos días de Triduo, y como preparación para la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor.
Posteriormente, nos ha invitado a detener nuestra mirada en nuestros Sacratísimos Titulares, con esta reflexión que os dejamos aquí:
Deja tu orgullo en su cabeza coronada, tus violencias en sus brazos pacíficos, tus ambiciones en sus manos abiertas, tus impaciencias en sus pies descalzos. Mete tu egoísmo en su corazón roto, llora tus pecados junto a la Cruz, que las lágrimas también lavan, y déjate llevar por el agua y la sangre que brotarán de su costado.
Cerramos este primer día con una gran participación, pues un gran número de hermanos y devotos han celebrado este acto penitencial, en el que el Padre Álvaro ha comenzado pidiendo perdón por sus errores, invitándonos a convertirnos para realizar un verdadero examen de conciencia.
Ha destacado el acierto en la presentación de nuestros Sacratísimos Titulares que estos días presiden nuestra sede canónica, pudiendo alcanzar su contemplación desde cualquier sitio de la Iglesia.
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