Hasta la redacción del Blog de Tres Caídas y Rosario, nos han llegado unas palabras de nuestro hermano Miguel Almagro. En esta reflexión Miguel - Capataz primero del Muy Antiguo y Milagroso Señor de las Tres Caídas - nos ofrece su recuerdo del Miércoles Santo de 2008, gracias Migue por querer compartir tu recuerdo con todos nosotros.
“Todo llega y todo pasa”. Sí, a veces da vértigo ver lo rápido que pasa el tiempo, aunque realmente no es este último el que transcurre, transita y se agota inapelablemente, es la persona, lo humano, somos nosotros y no el tiempo. Ya han pasado casi dos meses de un día inolvidable, de un día esperado y ansiado, un día aún parpadeante en lo más profundo del corazón, un día que año tras año nos regala una nueva e incipiente primavera, Día Grande, Nuestro día, Miércoles Santo, Miércoles Marinero y Costalero, Miércoles de Rosario y Tres Caídas.
Hoy, cuando aún los recuerdos todavía guardan la nitidez de la proximidad de las fechas, es tiempo de evaluar y analizar lo vivido en una estación de penitencia inolvidable, como todas y cada una de las pasadas, pero al tiempo distinta y diferente a las ya vividas en años anteriores.
La Hermandad se hizo Cofradía por las calles de Granada, y la Cofradía fue más Hermandad que nunca, sí, desde que la cruz guía se revistió al atardecer con blancos sones de “Granada” hasta que, ya en la madrugada, entró por el dintel de la Catedral del Realejo el carrito color morado que auxilia al “aguaor” y a la cera cansada.
La Cofradía fue una vez más Hermandad, como la familia Rosariana y del Señor de las Tres Caídas lo es el resto de los días del año.
19 de Marzo de 2.008, Miércoles Santo. El día volvía a presentarse algo inestable en cuanto a lo meteorológico, las noticias se sucedían; en Sevilla llueve, la borrasca se aproxima hacia Granada, existe riesgo de lluvia ya entrada la madrugada del jueves, en Loja llueve, en Guadix acaba de caer la mundial..............................
Hoy, cuando aún los recuerdos todavía guardan la nitidez de la proximidad de las fechas, es tiempo de evaluar y analizar lo vivido en una estación de penitencia inolvidable, como todas y cada una de las pasadas, pero al tiempo distinta y diferente a las ya vividas en años anteriores.
La Hermandad se hizo Cofradía por las calles de Granada, y la Cofradía fue más Hermandad que nunca, sí, desde que la cruz guía se revistió al atardecer con blancos sones de “Granada” hasta que, ya en la madrugada, entró por el dintel de la Catedral del Realejo el carrito color morado que auxilia al “aguaor” y a la cera cansada.
La Cofradía fue una vez más Hermandad, como la familia Rosariana y del Señor de las Tres Caídas lo es el resto de los días del año.
19 de Marzo de 2.008, Miércoles Santo. El día volvía a presentarse algo inestable en cuanto a lo meteorológico, las noticias se sucedían; en Sevilla llueve, la borrasca se aproxima hacia Granada, existe riesgo de lluvia ya entrada la madrugada del jueves, en Loja llueve, en Guadix acaba de caer la mundial..............................
Y tuvo que ser como en un sueño, como en mi sueño.........., Granada, pasadas las 19:45 horas volvía a ser de color blanco y morado, volvía a oler a incienso endulzado con vainilla, romero y tomillo, volvía a oler a trabajadera, a candelería quemada, y sí, como en un sueño, como en mi sueño, resonaba en el cielo la sinfonía de aromas musicales de blancos cirineos, promesa, oración y llanto, llanto por Cristo Caído, una y tres veces, y hasta mil veces “Al Cielo” por su cuadrilla de corazones costaleros........... Y la salve, salve marinera, plegaria a la Estrella de los Mares, Virgen Guapa, Señora del Realejo escoltada por multitud de miradas entre Rosarios de Amor y filigrana de oro que buscan secar las lágrimas de sus mejillas........
Como en mi sueño se sucedían chicota tras chicota, una marcha, otra y otra más,..........¡Gloria al Realejo y al Cielo Tres Caídas!........Venga de Frente,......... ¡Así se quiere a Cristo!.................¡Hay que seguir! ¡Hay que seguir queriendo a Cristo!............Venga de Frente hermanos.........¡Granada aquí tienes a tu Cristo!...........¡Hay que seguir artistas!............¡Hay que seguir hermanos!............., como en un sueño, la gente lloraba, rezaba, acariciaba a Jesús Caído, toda Granada se rendía, Granada entera quería ser cirineo de nuestro Señor por Tres Veces Caído.
Como en un sueño, como en mi sueño, mis hermanos, mis amigos, mi gente, los hombres del costal, la cuadrilla de mis amores, el “Arte” hecho cuadrilla de hermanos costaleros, los del “costal morao”, la gente con casta, los Pies de Cristo.........................volvían a entregar su corazón, vaciaban sus fuerzas, ellos desde su privilegiado lugar daban el mejor pregón de amor costalero..........Alex “artista y amigo”, Compadre “hermano”, Agus “por siempre”, Jesús “todo tuyo”, Paco “siempre de frente junto a ti”, Kirri “tos por igual”, Paules “otro poquito artista”, Josemi “quien mejor que tú”, Enrique “contigo al fin del mundo”,...................Chinchi, Borja, Victor, Dani, Javi, Contreras, Antoñín, Fali, Amaya, Juanvi, Del Rey, Gallegos, Ariza, Rafa, Perico, Alfonso, Jose Luis, Mariano, Enrique, Agustín, Curro, Mibri, Montoya, Carlos, Marina, Luque, Espigares, Jorge, Pepe, Sergio, Toni, Manuel, Illescas, Efrén, Estrella, Iglesias, Juan, Francisco, Antonio,...................“Duro con él Artistas”.............Por siempre y Para siempre Costaleros del Tres Caídas, orgullo costalero, orgullo de hermanos.
...........Y de repente sin haberlo soñado, despierto aún sin despertar, consciente tras desvanecer,.................me encontré en el calor y auxilio de la Familia León, sentí el cariño, preocupación y amor de mi Hermandad, todas caras conocidas, ahí delante mía estaban; Costaleros de relevo, Fiscal paso de Cristo, Diputados de Calle, Diputado Mayor de Gobierno y Teniente Hermano Mayor, todos allí, conmigo,............... sin haberlo soñado pero soñando aún, .....................mis hermanos me rodeaban, dejaban momentáneamente de ser Cofradía para ser Hermandad, dejaban por instantes su sueño para estar en el mío, Carlos Funes, Mª Carmen Lupiañez, Paco Castro y Mª Carmen Sáez, entre otros, me reanimaban, cuidaban y disipaban el dolor de una mano abierta, ensangrentada y desecha al no sentirse bajo el calor de la trabajadera y en la firmeza del seguro zanco.
Fue en los Hospitalicos, fue en ese momento donde temí despertar del sueño, de mi sueño........., mientras,.........la lluvia no aguantaba más, quería ser partícipe de tan magno día. Brevemente, para mí momentos eternos, sentí ir la Cofradía, abría los ojos y observaba como los tramos de nazarenos iban buscando la embocadura del Realejo por Calle Colcha, le seguían tramos de hermanas revestidas de penitencial mantilla que dejaban Elvira perfumada de bella promesa, preludio del cuerpo litúrgico anunciando la Rosa más temprana, Ella, La Capitana, Reina de los Mares y Madre Nuestra, acunada por su celestial cuadrilla a paso elegante y apresurado, todo, un manantial de sensaciones y sentimientos que discurrían delante mía.................................., y yo.........., cada vez temía alejarme del sueño, de mi sueño.
No, no podía ser así, me resistía a decepcionar a mi Hermandad, a mi gente, quería continuar y completar la Estación de Penitencia junto a mis hermanos, tenía que estar con ellos, debía estar con Él.
El plan parihuela o similares, había funcionado, paradojas de la vida, yo que nunca había creído en la eficacia de tal organización. Agradeciendo el comportamiento de los sanitarios que me asistieron de urgencias, llegué a un acuerdo con ellos y conseguí, aún en mis circunstancias, que me permitieran continuar con mi sueño.
La lluvia persistía.........., pude alcanzarla, Ella, en su paso de palio, palio con sabor a mar y capote torero, ya tomaba la revirá con calle Colcha..............., y la lluvia inistía........., yo en mi anhelo, proseguía en mi ansiado encuentro con el Padre............., y mi Hermandad ahí, sin descomponer un ápice, no desistía........., podía ver, sentir y constatar tramo por tramo como mis hermanos, desde el más veterano hasta el más novel de los acólitos infantiles, permanecían impasibles en el cortejo nazareno al tiempo que apresurados y atentos a las directrices marcadas por cada uno de los diputados responsabilizados.
Mi vista, siempre con la esperanza del reencuentro, buscaba el horizonte, buscaba al menos alcanzar esa blanca marea de cirineos de la corneta y el tambor,............sin darme cuenta, y con premura, pasaba bajo el Azulejo del Stmo. Cristo de las Tres Caídas, pedía permiso a los fieles presentes en Pavaneras, como podía me adentraba más y más en el Bendito Realejo tomado por mi Hermandad. Al fin, ahí, ahí se encontraba, revirá Carnicería, dispuesto a surcar en su Dorado Galeón un vez más el expectante mar de fieles.
Todo volvía a ser como en mi sueño, junto a Él, junto a mis hermanos, con mi Hermandad, todo igual, volvía a estar junto a Miguel Aguilera y Juan Estrella en las labores de auxilio de aquellos cirineos que pasean sobre su bendita cerví al Señor.
Todo igual, la misma alegría, satisfacción, ilusión, compromiso, sentimiento y pasión, todo igual, aún la lluvia enmudeció cornetas y llamó al ronco tambor, todo igual, aún la lluvia abrió el compás y alargó el paso de Cristo Caído, todo igual, aún la saeta prometida quedó en el anhelo de martinetes y seguidillas, todo igual, si todo igual................................. La Cofradía salió..........., y regresó siendo más Hermandad que nunca.
Todo llega y todo pasa, el pasado Miércoles Santo llegó y pasó................, hoy guardo recuerdos imborrables en mi corazón, así como un rastro visible en mi mano derecha que delata solo una cosa.....................Como en un sueño, como en mi sueño...........El sueño esta vez se hizo realidad.
Estas líneas me gustaría sirvan como reconocimiento público a esos hermanos que han contribuido y contribuyen a hacer realidad el sueño de vivir en Hermandad, así también expresen mi infinita gratitud a todos aquellos que abandonaron por unos instantes su sueño de Miércoles Santo para estar en el mío, en especial a D. Carlos Funes (Fiscal de Paso Cristo en le Estación de Penitencia del 2.008).
Miguel Almagro
Granada 27 Mayo 2.008
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