Hasta la redacción de Tres Caídas y Rosario, nos llegaban esta mañana unas palabras de Lorena Fernández, que reproducimos a continuación:
De tu Hermana:
Para el día de mi boda te pedí que leyeras la primera lectura. Cuando llegó el momento subiste al altar de Santo Domingo, y pidiendo permiso a toda la gente que estaba presente, me leíste una carta que nos hizo llorar a todos, y en la que recordaste parte de nuestra infancia y de aquellos momentos que los dos hemos vivido, como tu decías desde el día que naciste. Hoy creo que me ha tocado a mí, ser quien te dedique en estas palabras, en el que sin, duda, y hasta el momento va a ser el día más importante de tu vida.
Rara es la vez que cuando en una conversación sale el tema de tu afición por los toros la gente no nos pregunta. “¿y de sonde le viene a Yiyo esa afición? ¿desde cuando quiere ser torero?.”
En esos momentos aunque siempre contestamos lo mismo “Le viene desde muy pequeñito”, yo no puedo evitar acordarme de un montón de episodios que hemos vivido unas veces con nuestra familia, y otras veces los dos solos en torno a tu afición y a tus comienzos. La mayoría nadie los conoce, y cuando nos sentamos tu y yo recordarlos, a veces, nos da hasta por reirnos. Recuerdo, sin ir más lejos cuando empezaste a ir a tentar al campo, y papá y mamá aun no sabían la seriedad que revestía tu afición. Más de un sábado y de un domingo, “te ibas a estudiar a la biosanitaria”, y yo me quedaba todo el día al lado del teléfono hasta que me decías que todo había ido bien. No veas como me las tenía que ingeniar para que papá y mamá no sospecharan. Casi siempre nos salía bien la cosa, aunque sin duda lo mas difícil era lo de lavar la ropa del tentadero… Otras veces nos han terminado pillando (acuérdate de la despedida de soltero, en la que te torciste el tobillo…). Ahora, ya nada es un secreto, desde hace cuatro años, todos nos hemos cubierto de una manta para no ver el miedo, que en realidad sentimos cada día que toreas, porque no solo es el momento de la plaza, yo siempre digo que para mi cuando toreas en realidad son tres corridas de toros, el viaje de ida, la lidia de los toros y el viaje de vuelta. Pero si hay una cosa que tengo muy clara es que eso es lo que tu has decidido y que yo siempre voy a estar ahí para apoyarte, en lo bueno y en lo malo.
Mucha gente se sorprende cuando nos ve en la plaza a mamá y a mi, sinceramente yo muchas veces voy por ella, porque cada vez lo paso peor, sin embargo, y aunque resulte extraño, en cuanto sale el toro y vemos como lo trasteas y empiezas tu faena, el tembleque de mis piernas se me va, mamá me dice que ella está segura cuando te ve seguro, y puede que sea eso, la seguridad que nos transmites cuando estas toreando, la que nos haga olvidarnos del miedo que todos tenemos.
En estos años en los que has estado de novillero, has pasado muchos momentos muy duros, la gran mayoría, y también has podido disfrutar de muchos triunfos. NO olvides ninguno de ellos, porque son, sin duda los que te van a ayudar a poder andar este nuevo camino en el escalafón mayor.
Quiero desearte toda la suerte del mundo en este difícil mundo que es el de matador de toros, y también quiero decirte que se que vas a cumplir una de tus mayores ilusiones, TOMAR LA ALTERNATIVA, pero también te voy a pedir una cosa, que además sabes que siempre te digo, piensa con la cabeza y ten siempre los pies en el suelo, y así verás como este duro camino se te allana un poquito.
Me voy a despedir como tú lo hiciste en la carta que he mencionado al principio.
Que la VIRGEN DEL ROSARIO TE PROTEJA CON SU MANTO Y TE GUIE POR EL BUEN CAMINO. Tu hermana.
Lorena Fernández Fiestas.
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