Como es tradicional, tras el paso de las festividades navideñas, la Hermandad se prepara para el tiempo cuaresmal, tiempo de reflexión, humildad y penitencia.
Para ello, Nuestra Santa Madre del Rosario en sus Misterios Dolorosos se viste de la manera más sencilla, lo cual nos invita a la oración y la reflexión interior.
Álvaro Abril, vestidor de la Virgen, como de costumbre, se ha encargado de ataviar a Nuestra Madre para este tiempo, con primoroso cuidado.
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