Un año de espera, de sueños por vivir, y de otros ya vividos que alimentan este largo espacio de tiempo vacío, en el que el sol que baña tus calles no tiene el mismo color, donde en tus plazas el aroma que se adivina no es a incienso … Un año de trabajo en la Esperanza de volver a vivir contigo estos 40 y tantos días con la misma ilusión con la que los niños portarán en sus Dulces hombros al Facundillo Divino… En este tiempo que comienza ahora, quisiera contar la historia al revés, para quedarme eternamente en la inocente alegría del Domingo de Ramos…
Con la venia del Hijo de Dios, y siempre bajo el amparo de Su Bendita Madre, me llevarás de nuevo a seguir los pasos de mi Señor de las Tres Caídas hasta Ti, Realejo, volverás a abrir las puertas de la recoleta Iglesia del Monasterio de la Madre de Dios, para que tu Semana Santa vuelva a ser pregonada, y de nuevo serás tú, Realejo, quien recibas al pregonero de la Juventud Cofrade de Granada. Una vez más serán tus priostes, Realejo, los que hagan las delicias de los cofrades en los majestuosos altares de cultos para venerar y honrar a Jesús y María…
Un nuevo Viernes de Dolores rezarás el Via Crucis con el Santísimo Cristo de los Favores, y nervioso comprobarás que en tu Catedral Dominica todo está dispuesto quedando así a la espera de ser alzados al cielo, fastuosos pasos de misterio… Otro año más, volverás a perfumar tus calles a tomillo y romero para que desde Santiago, Jesús implore a tu Cielo, Realejo…
Un año más, vienes despertando mis sentidos de este letargo sombrío, para colorearlos y darles vida de nuevo, Realejo, una vez más harás realidad mis sueños, los que comparto con mis rosarianos, con mis amigos y contigo.
Ya estoy preparada Realejo, déjame ir contigo de la mano que estoy impaciente por volver a ver a la Virgen de la Victoria subiendo por Carnicería; de acompañar – tras la satisfacción de haber cumplido Estación de Penitencia con Jesús del Rescate – a la Virgen de la Amargura en su recogía; impaciente por disfrutar con la Humildad de tu Jesús y María cuando mi reloj me anuncie que ya si, que ya comienza el Miércoles más grande del año para un Rosariano, ¡estoy impaciente Realejo! ¡impaciente por volver a emocionarme cada vez que bajo mi capillo busque a mi Bendita Madre del Rosario, que va navegando bajo palio, mientras tú, Realejo, llevarás sobre tu cerviz al soberano Señor de las Tres Caídas con chicotás de valentía!
Impaciente por acompañarte en ese íntimo acto que pasarás con la Virgen de la Soledad, rezando junto a Ella en tu Campo del Príncipe, impaciente por ver como se inundan tus calles de Favores y Misericordia por la gracia de Dios, e impaciente por ver como recoges a Cristo de la Cruz y lo posas en tu regazo primorosamente calmando así las Angustias de Su Madre Bendita…
¡Eres tú Realejo el que da luz a mi sentimiento, déjame vivir contigo mi sueño, y tenme siempre tus puertas abiertas para volver a soñar despierta!
¡Eres tú Realejo el que da luz a mi sentimiento, déjame vivir contigo mi sueño, y tenme siempre tus puertas abiertas para volver a soñar despierta!
Carolina Fernández Herrera
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